- Madre, en la escuela me han llamado Descartes.
- ¿Estás seguro de ello, hijo?
- No. Podría ser un engaño de mis sentidos.
- Padre, padre, ¡Mis compañeros me han llamado Hume!
- ¿Y qué has hecho tú para provocarles?
- No había creído en sus dichos puesto que no los había experimentado para comprobarlos.
El niño le dice a su padre, con una gran sonrisa:
- Padre, en la escuela me han dicho que soy complejo, indescifrable y psicológicamente abstraído.
- ¡Dios mío! ¿Y por qué estás tan contento?
- Porque me dijeron “complejo como Borges, indescifrable como Cortázar y psicológicamente abstraído como Sábato.”
El hijo menor de la familia abrió distraídamente la puerta del baño una mañana de invierno y encontró a su padre completamente desnudo y desprevenido, a punto de accionar el grifo de la ducha.
- ¡Hijo, debes llamar a la puerta antes de entrar! ¡Retírate a tu cuarto y piensa en tu falta!
El niño retrocedió, pasmado por la visión y sumamente acongojado. Le comentaría que sólo había agua fría en otro momento.
Primer acto: Un hombre coloca una letra O enorme en el suelo y la secciona con un hacha.
Segundo acto: El mismo hombre coloca otra letra O cerca en el suelo y la corta con un hacha.
Tercer acto: El hombre observa, completamente maravillado y conteniendo la respiración, cómo los trozos de letras O se transforman en un enorme charco de agua.
¿Cómo se llama la obra?
Haché dos O
Era tan pero tan distraído que siempre se olvidaba que estaba muerto y asustaba a la gente.
2 comentarios:
Jajajaj!! Me encantaron.
Bueno, ya sabés cuál me gustó mucho... supongo jaja. Pero el último, ése sí me hizo reír mucho!!
hhahahahaha no te la puedo. copadoooo!
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